Las moscas: ¿vectores de enfermedades o agentes polinizadores?
A pesar que la mayoría de los dípteros son conocidos como peligrosos vectores de enfermedades, entre ellos también se encuentran las moscas polinizadoras, pequeños insectos que causan un impacto positivo en la naturaleza.
De hecho, una función de las moscas en el medio ambiente es precisamente servir de transporte para llevar el polen de una planta a otra.
Hábitos de las moscas y su impacto en nuestro entorno
El impacto que tienen las moscas en nuestro entorno, depende tanto de la especie en cuestión, como de los hábitos que posean.
Por ejemplo, la mosca doméstica puede transmitir salmonelosis, parásitos estomacales y muchos otros males al entrar en contacto con nuestra comida.
Todo ello se debe a que dichos dípteros se desenvuelven entre excrementos, basura y demás materia en descomposición, para luego posarse sobre nuestros alimentos.
Pero algunas moscas pertenecientes a las familias de los sírfidos y los bombílidos, se alimentan del néctar de las flores, destacando así, como agentes polinizadores.
Moscas polinizadoras
Las moscas polinizadoras son aquellas que se alimentan principalmente de polen y néctar, ya que ciertas especies necesitan esas sustancias para que maduren sus huevos.
En este sentido, cuentan con probóscides largas que les permiten extraer el polen de las flores, y es allí cuando se impregnan con este elemento.
Entre las más resaltantes de ellas, se encuentra una especie que integra el género Forcipomyia y la familia Ceratopogonidae, que poliniza la flor de cacao.
Asimismo, hay otros grupos de moscas como los Calliphoridae y los Syrphidae, que participan en la polinización de los cultivos de cebolla.
Igualmente, estas dos familias, junto a las Muscidae, ponen de su parte para la fecundación de las flores de los mangos.
Enfermedades peligrosas transmitidas por los dípteros
Como hemos mencionado, las moscas transmiten peligrosas enfermedades, y algunas de ellas causan la muerte del paciente si no recibe la atención necesaria a tiempo.
La salmonelosis, la disentería y la fiebre tifoidea son solo parte de estos males, pero uno de los más conocidos es el cólera.
Esta última lleva a las personas a un estado de deshidratación excesivo, a través de vómitos y diarreas tan agudas que quienes la sufren, perecen tras perder una alta cantidad de líquidos rápidamente.
La mayoría de estas afecciones son infecciosas o bacterianas, y se adquieren tras consumir alimentos que hayan estado en contacto con las moscas.
Por ello es imprescindible eliminarlas o alejarlas de nuestro hogar, pero sobre todo de la cocina, que es una de las áreas más frecuentadas por estos insectos voladores.